Saturday, May 06, 2006

TEMPORADA DE DVD - DUCK SEASON

Temporada de DVD

Con motivo del lanzamiento del DVD de la película “Temporada de Patos” de Fernando Eimbcke, encontré en dos de las revistas más classy que existen sobre cinematografía un par de artículos que reseñan con agrado éste filme mexicano que ha conquistado los corazones de la gente que ha tenido la dicha de verla. Las revistas fueron Film Comment y American Cinematographer publicadas entre marzo y abril del 2006, ambas revistas son para cineastas y se alejan un poco de lo que se publica al por mayor dentro de Cinemanía, Cine Premiere, y 24 x segundo (aunque ésta última tiene sus virtudes!). Es un orgullo para los productores de la película el recibir tan buenos comentarios acerca de su película. Para los cineastas mexicanos, aspirantes y profesionales, es un ejemplo a seguir. También es un bonito ejemplo de lo que se puede aprender y producir en una escuela como el Centro Univesitario de Estudios Cinematográficos CUEC, cine de calidad, historias humanas, buena composición y trabajo fotográfico; y un desempeño actoral presumible. Más de un productor podrá darse cuenta de lo económico de la producción, más sin embargo, ninguno podrá demeritar que es un trabajo más allá de lo aceptable: son filmes de éste estilo de los cuales se pueden plagar los festivales, son éste tipo de filmes los que le gustan al filántropo y al estudiante; son éstas las producciones que sí se pueden hacer viviendo en México, y así como muchos de los directores/guionistas/artistas se la rifan para hacer tiras de fascinante celuloide sin caer en pretensiones chafas como “Zapata the movie” (con todo respeto, Arau que pena le has dado a éste personaje tan importante y tan querido por la gente, y de paso te trajiste a Vitorio Storaro para que perdiera mucho de lo que le queríamos al hacer un filme tan ofensivo para nuestra cultura).

Así, Temporada de Patos parece sencilla en producción pero es en el centro compleja en su visión de lo que es la vida en el México de nuestros días. Cabe decir que es un retrato de los mexicanos muy agradable, así nos hemos de querer ver y no con un sombrero o pidiendo dinero en las calles ni robando o pirateando películas. Es una película que se queda en el alma y parte del asunto puede derivar que los protagonistas son dos adolescentes que gustan de comer pizza, tomar refresco y jugar Xbox (y aunque suene geeky es buena movie, Cris). Es en el corazón una película inocente, tiene un punto de vista equivalente y eso lo hace ser fresco. En tiempos cuando lo más vitoreado de la cinematografía en México son producciones como “Sexo, Pudor y Lágrimas” y “Asesino en Serio”, es hermoso ver que nuevos cineastas carezcan de pretensión y puedan entregar un relato del alma propia que resulta ser un día en la vida de dos morros citadinos que cierra como cierra el día y nunca cae en moralismos ni sermones de comportamiento, pero por el contrario toca temas como la enajenación del trabajo, lo difícil que es desarrollarse como individuo y lo hermosa que es la adolescencia. También expone claramente lo matriarcal que es la familia en México, y la fortaleza del género femenino; y en más de un momento también nos pone a reflexionar sobre el amor, la vida, la amistad y las cosas bellas.

El trabajo fotográfico es bueno: el director de fotografía, Alexis Zabé, eligió el blanco y negro para poder dar un poco más de importancia a las acciones de los personajes que al decorado, que sin embargo en ningún momento fue descuidado y estoy seguro que a más de uno nos recuerda lugares en los que hemos estado, casas de amigos o hasta el departamento en el que uno vive.

El guión es muy directo y no pretende llenar los espacios con diálogos forzados, sin embargo la ideología de cada uno de los personajes es expresada en buena manera por sus acciones y por las cosas que comentan entre ellos. Narrativa lineal para una historia sencilla que guarda tras los créditos finales una última escena con la que se cierra el filme y nos otorga una sonrisa para el rostro.

El trabajo narrativo es curioso pues si pone uno atención hay en realidad pocos cortes, por lo general podemos ver que la historia se desarrolla en “sketches” (o a manera de viñetas), que se sustentan media una puesta en escena sencilla, que privilegia el uso de master shots por encima de cualquier otro recurso de cámara y, de alguna manera, le da una unidad y un sentimiento característico del cine producido de manera independiente.

El trabajo del director es bueno, cabe anunciarle una larga y productiva vida dentro de la creación fílmica en México, pues es así que el medio necesita de directores con corazón. Es “Temporada de Patos” un filme rico que toma raíces en el cine de gente como Kaurismaki y Jarmusch para después dar un fruto cien por ciento mexicano que fuente de inspiración para cineastas que quieren romper con lo que establece por convención la crítica Hollywoodense y sobre todo alejarse de la violencia y el gore que ha hecho tan famosas a personas como Quentin Tarantino (que si bien sus filmes son divertidos por los diálogos, no dejan de favorecer la violencia como algo entretenido, común y que todos deberíamos de hacer para ser un poco más felices). Así se recupera un poco de la otra intención de cineastas como Tarkovsky, Wenders o hasta Walter Salles (a quién el mentado Tarantino le negara la entrada de su filme “Diarios de la Motocicleta” a la selección oficial del festival de Cannes de hace unos años). Teniendo como base la calidad, se siente rico el nuevo cine mexicano, sabe rico, tiene sazón; y si se sigue por el camino que directores como Eimbcke o Carlos Reigadas (director de “Japón” y “Batalla en el cielo”) están trazando, podríamos llegar a levantar de nuevo la industria fílmica mexicana y dejar de depender de Televisa (que ahora se levanta como la empresa más poderosa de México y aplasta a comunicadores independientes con la tan mentada ley que se creó recientemente). Habrá que renovar y fortalecer las leyes para la producción; olvidarse de churros como “La segunda noche” o “La habitación azul” para que gente como Alejandro Valle y Felipe Gómez pueden hacer más películas atrevidas; y sobre todo para que la próxima entrega de Arieles sea más honesta consigo misma y con el cine que hacen los mexicanos y también abra las puertas a otros tipos de cine que se andan haciendo en México (a pesar de lo difícil que esto es en realidad). Merecen aplausos todos aquellos que dedican su alma y físico a dejarnos su legado creativo sin recibir premios, aplausos ni chiflidos. A todos ustedes los amamos, son nuestra fuente de inspiración, y siempre los vamos a admirar.

Y volviendo a lo de los artículos en las revistas, pongámonos a trabajar todos nosotros cineastas mexicanos para que la calidad del cine mexicano siga por el camino que va en la actualidad. Podría ser un bello futuro, leerlo en muchos artículos internacionales. Viva el cine mexicano!

México. 18 de Abril de 2006

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